Buenos días a todos/as:
hoy voy a hablaros sobre un acto que sobre estas fechas se lleva siempre a cabo y que no por ser más que repetitivo, deja de ser algo "obligatorio"; y con esto me refiero a las llamadas cenas de antiguos alumnos; que son similares a las cenas de Navidad de empresa.
La diferencia entre unas y otras es el carácter de obligatoriedad de unas y de otras; ya que a las segundas, está obligado a ir, ya que a ellas asisten tus jefes y tus compañeros de trabajo a los que ves más de 8 horas diarias, y no hay manera de escaquearse, a no ser que finjas estar enfermo, o seas un tipo con mucha personalidad y amén de ser tildado de huraño y raro, pases de ir a las cenas de empresa.
En cambio las primeras, son más agradecidas ya que no son de carácter obligado, y si vas a ellas es porque quieres ir para poder sentir así parte de tu adolescencia, ya que en dicha cena te vas a reunir con un montón de gente que llevas años sin ver, desde los 18 años y solo esperas de esta reunión recordar a los viejos compañeros y también a los profesores que formaron parte de tu educación, así como ver la evolución del centro escolar.
La verdad es que en estas cenas la gente va más bien a cotillear, ya que si realmente quieres mantener amistad con los compañeros, ya te habrás preocupado de hacerlo durante todos los años y no con cenas, sino quedando con ellos. Así que la hipótesis de la curiosidad gana enteros y la gente que acude a estas cenas solo v para ver si su vida ha evolucionado de mejor manera que sus compañeros de curso. Este concepto de curiosidad se acentúa más en las mujeres, ya que ellas les dan más importancia a la evolución que los hombres que por norma general, salvo los primeros minutos que están ubicándonos, en el momento que surge la conversación fútbol, (la más socorrida cuando no sabemos que decir), nos convertimos en esos niños que siempre discutíamos sobre quien o cuál equipo dejaba de ser el mejor. ¡Gracias al fútbol!
En cambio las mujeres son más incisivas y tratan la conversación sobre derroteros de como ha ido su vida y de como ellas y sus maridos han alcanzado cotas que ni siquiera sopechaban. Hacen gala de sus mejores sonrisas y halagos para demostrar que con el paso de los años han conseguido lo que siempre anhelaban.
Luego a la hora de la verdad, todos nos conocemos y sabemos de que pie cojeamos y quien está o no falseando la realidad para aparentar algo que no es, o bien para no admitir que en estos tiempos todos estamos afectado por la crisis.
Yo particularmente este jueves tengo una cena de mi colegio, a la cual tras no haber asistido a ninguna, este año me voy a decidir a ir, ya sea acompañado por mi novia, (así me lo ha confirmado), ya sea solo, ya que me interesa ir para recordarles a los dirigentes del centro, (uno de ellos es antiguo compañero), que soy Maestro y que estoy en disposición de formar parte del claustro de profesores; como podéis comprobar no voy por otra causa que el interés profesional, ya que a nivel personal no he echado de menos a ningún compañero. Pero he de reconocer que si que tengo curiosidad por ver cómo están algunos de los compañeros que si me llegaron más hondo, aunque es difícil que todos ellos vayan a la citada reunión.
Una de las cosas que echan para atrás a muchos de los antiguos alumnos de ir a las cenas, es que en ocasiones estas cenas no son de carácter altruista, sino que una vez allí ves que el colegio pide la voluntad para mantener el centro y las vivencias que en él se llevan a cabo. Aunque sinceramente, no creo que este sea el caso, ya que el colegio está ubicado en La Moraleja y es muy solvente, ya que las mensualidades de los alumnos son grandes.
Solo espero que la cena sea rápida, sino ya me encargaré yo de hacerla rápida para irme cuanto antes y pensar que mi objetivo de recordarles mi situación laboral se ha llevado a cabo con tino.
Como siempre solo he pretendido contar mi Verdad, que no tiene porque ser la de todos, pero que al ser mía, la considero en estimación de ser escuchada.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.
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