jueves, 5 de noviembre de 2009

Dan Brown, repetitivo hasta el final.

Buenos días a todos/as:
hoy voy a hablaros sobre el escritor Dan Brown, autor de la trilogía de libros que han marcado época en los años primeros años del milenio; El código Da Vinci, Ángeles y Demonios y el último, de momento, El símbolo perdido.
Los tres libros, tratan de los símbolos de los masones, y de como esos símbolos y hermandad esconden los más importantes secretos de la historia de la humanidad. La verdad es que hay que reconocer que el libro de El código Da Vinci, fue en su momento todo un bombazo, ya que se vendió como churros y llegó a enganchar a millones de personas, tanto que hoy por hoy hay muy poca gente que no haya leído dicho libro.
El libro además consta de todos los ingredientes para triunfar, como así fue, ya que además de una trama sencilla, pero que engancha por su forma de escribir, directa y sin demasiadas filigranas, consta de una polémica a nivel mundial, ya que la iglesia católica decidió argumentar que el tema escogido no era el más adecuado y sobre todo que no se ajustaba a la realidad contada por la biblia. El autor, expresa que Jesús como todos los hombres tuvo una pareja y una descendencia. Lógicamente la iglesia no ha aceptado dicho tema. Esta polémica ayudó a vender más libros, en vez de que la gente no lo hiciese. Y es que ya se sabe que cuando nos prohiben algo, más ganas tenemos de hacerlo.
No contento con el éxito de su primer libro, Dan Brown, decidió publicar la segunda parte del libro, que aunque no tiene continuidad con el tema anterior, si que es muy parecido, ya que la hermandad de los masones y la simbología es la trama a desarrollar, también repite como protagonista Robert Langdon, profesor experto en simbología y civilizaciones antiguas.
El libro titulado Ángeles y demonios, no deja de ser repetitivo, ya que aquellos que esperábamos algo nuevo y desconcertante, nos quedamos desconcertados pero por todo lo contrario, ya que el libro es más de lo mismo, pero en otro contexto geográfico.
De hecho Ángeles y demonios no tuvo tanta repercusión en ventas como El código Da Vinci, pero aún así fue también un best seller. Y es que la gente somos como somos y si leímos el anterior, también hay que leer este para ver si hay algo nuevo.
Cuando ya creíamos todos que Dan Brown no nos iba a "sorprender" más, ha llegado el año 2009 y ha publicado su tercer libro de la saga titulado El símbolo perdido, que curiosamente, también trata de símbolos y de la hermandad de los masones. Su protagonista es Robert Langdon y en este libro hay que reconocer que el autor nos ilusiona en una parte ya que parece que va a acabar con nuestro sufrimiento, ya que su personaje Robert Langdon parece que nos abandona y que así no va a poder escribir una cuarta parte, pero poco nos dura la alegría, ya que 4 capítulos después de creer que ya te has salvado, el profesor Langdon vuelve a estar entre nosotros, amenazando con alargar su saga hasta límites insospechables.
El símbolo perdido es más de lo mismo, pero es que en esta ocasión ya no sabes como Dan Brown va a intentar sorprendernos, ya que no hay nada nuevo en dicho libro y sinceramente los acertijos que hay en él, esta vez no son muy complejos.
En resumen que el autor de estos libros debería darse cuenta que no se puede ni debe explotar siempre el mismo tema, ya que además de correr el riesgo de que le encasillen, no creo que le importe ya que con lo que ha ganado puede vivir tranquilo, corre el riesgo ya confirmado de ser más repetitivo que un gazpacho lleno de ajo, y es que no hay nada más decepcionante que comprar un libro, que ya está en 21 euros, y darte cuenta que las espectativas creadas no valen ni siquiera un euro.
Por favor amigos/as, no quiero con esto solo quejarme de dan Brown, que él se está forrando y es listo en aprovecharse, sino que quiero dejar claro que los escritores de hoy sufren una crisis de creación, ya que cuando ven que un tema es buen reclamo, lo explotan todos hasta que nos inundan con tanta cantidad de libros similares, que deseas que surja algo nuevo para poder leerlo con ganas y sentir que al menos esos 21 eruos han merecido la pena. Por desgracia en estos momentos indicar que la inversión realizada no es para nada rentable con las emociones vividas.
Como siempre solo he tratado de contar mi verdad.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

No hay comentarios: