viernes, 13 de abril de 2018

Champions, que no nos quiten, que no nos den.

Buenos días a todos/as:
Ya han pasado 3 y 2 días respectivamente desde que los equipos españoles han jugado sus respectivos partidos de Champions, (martes el Barça y miércoles Sevilla y Real Madrid), y podemos decir que la polémica está servida.
El martes, el F.c. Barcelona, jugó en el olímpico de Roma con un 4-1 favorable a sus intereses y pocos podían imaginar que dicho resultado no fuera suficiente para finiquitar la eliminatoria y pasar a semifinales, pero, al parecer el fútbol se empeña en demostrarnos que no impera en él la lógica, ya que la Roma, infinitamente peor que el Barça sobre el papel y con un presupuesto inferior, dio un baño a los culés y le endosó un 3-0 vergonzoso, que provocó que el transatlántico blaugrana zozobrara y quedase eliminado en cuartos de final por tercer año consecutivo. Sobre el partido indicar que no hay nada que reprochar, salvo que los jugadores blaugranas realizaron el peor partido de la era Valverde, en el peor instante y escenario posibles, ya que las consecuencias han sido desastrosas para el club catalán. Vamos que la eliminación fue justa y no tenemos que hablar de robos ni prebendas ni nada del otro mundo.
Los profesionales serán los encargados de analizar e intentar explicar qué o quiénes son los responsables del fracaso. Pero nos parece exagerados los comentarios de aquellos que hace 3 días encumbraban a Valverde por su racha sin perder en Liga y lo veneraban, y ahora tras el fracaso en Champions, le velipendian y dicen que no sirve para equipos grandes. Lo de siempre no hay mesura en las críticas.
El miércoles fue otro cantar, por una parte el Sevilla, lo intentó de todas maneras en el Allianz Arena de Munich, pero un travesaño se alió con los alemanes y el 0-0 fue insuficiente, ya que los alemanes llevaban una renta de 2-1 del Sánchez-Pizjuan. Nada que objetar a dicha eliminación. Eso, si, felicitar al Sevilla por llegar a cuartos de final e ilusionar a sus parroquianos.
En cambio, en Madrid, saltó la sorpresa. El Madrid llevaba una renta de 3-0 en Turín, y se las prometía muy felices, ya que daban por hecho el pase a semis y todavía tenían en el recuerdo la impresionante chilena de Cristiano Ronaldo, que era el 0-2 en Turín y que algunos quisieron vender como el mejor gol de la historia. (Para gustos los colores). Pero resulta que en el minuto 37 de la primera parte los merengues perdían ya 0-2 y el miedo se les metió en el cuerpo. La verdad es que los turinenses al igual que los romanos el día anterior demostraron una fe inquebrantable en ganar y demostraron que no solo con el nombre y el presupuesto se ganan titulos. ¿O si?
Decimos esto porque la Juve consiguió igualar la eliminatoria igualando a 3, y ya se veía la prórroga con un Madrid desarbolado y desastroso, cuando en el minuto 95, pasaban 5 del reglamentado, según el arbitro, Lucas Vázquez es objeto de un penalti, más que dudoso. Vamos que incluso los arbitros de las distintas radios, Cope, Onda Cero y Ser, indicaron que no lo consideraban suficiente como para pitarlo. En otras palabras, ellos no lo hubieran pitado y hubiera habido prórroga. Pero, como muchas otras veces ha pasado, parece ser que el escudo madridista pesa mucho en la UEFA y el trencilla de turno, decidió que la Juve ya había acojonado bastante al Madrid, y que el show debía acabar, o mejor dicho, su show debía imperar sobre el futbolístico.
Y como muchas otras veces raras, por denominarlas de alguna manera, el equipo blanco se vio beneficiado y pasó a semis, con un tufo de  trampas, algo que no por inusual, deja de ser noticia.
Sabemos que muchos nos tildarán de antimadridistas o antiespañoles por no alegrarnos del pase de un equipo español; pero ante todo, queremos el juego limpio, y no creemos que lo ocurrido el pasado miércoles se ajuste a las reglas del juego.
Señores de la UEFA, no nos den, pero tampoco nos quiten. Ajustense a las reglas del juego y no devaluén ni adulteren la mejor competición del mundo, que es la Champions. Y es que entendemos que no es lo mismo a nivel audiencias televisivas una final sin el Madrid, pero... la realidad a veces, no tiene porque gustarnos, y no por ello debemos modificarla a nuestro antojo. Aceptemos que no siempre podemos ganar.
Como siempre hemos tratado de contar nuestra verdad, que sabemos que no va a ser compartida por muchos, pero que hemos creído necesaria contarla.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.