jueves, 29 de octubre de 2009

Los efectos de pasar hambre.

Buenos días a todos/as:
estoy bastante contento, ya que mis penurias culinarias han dado sus frutos y he adelgazado en 4 semanas 4kg y 600g. Ya que paso hambre al menos que me sirva para algo.
La verdad es que cuando fui al endocrino sabía que había adelgazado, ya que lo notas en como te queda la ropa y sobre todo tienes un pantalón que es el chivato perfecto, ya que ahora compruebas que te vuelve a quedar tan bien como cuando te lo probaste por vez primera.
Comer de una manera más sana conlleva también el tener una gran fuerza de voluntad, ya que si eres como yo un carnívoro por excelencia, tienes que hacer verdaderos esfuerzos por no lanzarte sobre la carne cuando la ves pasar ante tus propios ojos en los restaurantes.
Señores/as, se pasa mal, ya que en pocos restaurantes hay menús para aquellos que por voluntad propia pasamos hambre, porque incluso los platos que anuncian que son lights, suelen llevar patatas fritas, (engordan una barbaridad), o están bañados en aceite que aunque es sano, también engorda mucho. Así que cuando vas a un restaurante tienes que conformarte con pedir ensaladas y que te hagan algo a la plancha pero sin guarnición, o que esta sea de verduras.
En tu casa cuesta menos, ya que yo tengo la fortuna que mi señora madre se encarga de controlar mi dieta y es ella quien me prepara la comida elaborando los platos que son adecuados para mi condición.
Aunque en honor a la verdad, la endocrina me comentó que podía comer ya más de todo, pero en medidas pequeñas, y por más que mi madre lo sabe, sigue con lo mismo de antes, que si bien es verdad que me ha sido efectivo, a los resultados me remito, empiezan a hartarme de comer siempre lo mismo.
Pero mi conclusión es que se puede adelgazar, pero para ello es necesario mentalizarse en pasar hambre y sobre todo controlar que no comas fuera lo que en casa no te hacen, ya que la fuerza de voluntad y el hacer ejercicio, es fundamental para mantener una buena línea y llevar mejor el hambre.
Lo malo es que ahora llega la Navidad y ya sabemos que los excesos se pagan, intentaré no cometerlos, pero..., ya se lo contaré.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

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