Buenos días a todos/as:
hoy posiblemente voy a escribir el último artículo del año 2009, y no es un artículo positivo, sino que es una autocrítica, ya que como me temía, al final el mes de diciembre con la Navidad ha conllevado que mi régimen que hasta la fecha estaba siendo inmaculado, haya pasado a mejor vida, (algo con lo que contaba también mi endocrina), y hoy que tengo cita a las 17.00h posiblemente me comuniquen que no he pasado la prueba del algodón y que al menos, a ojo de buen cubero, creo que habré engordado 1,500kg si no 2kg. Y es que amigos es muy duro ver como la mayoría de las personas degustan los típicos menús de la Navidad, los cuales están copiosos de marisco, carnes exquisitas y demás y tú tienes que seguir comiendo las verduras insípidas de siempre. Claro ante tanta tentación acabas por sucumbir a los placeres culinarios y ello conlleva que mandes a paseo a la asquerosa dieta.
Y yo he de reconocer que a partir del día 12 de diciembre he flexibilizado demasiado mi dieta, a decir verdad, salvo que no como patatas fritas, y abuso en exceso de las fritangas, si que he caído en la tentación del jamón serrano, comprado en Salamanca como todos los años para la ocasión, de los ahumados, como el salmón o lomo, de las exquisitas delicatessen de los mariscos, (dicen que no engordan), y de mi gran pecado, el pan recién hecho.
Esa es la causa de que mi dieta haya pasado a mejor vida en este caprichoso mes, que el pan recién hecho para acompañar al jamón entra como si fueran pipas, y ya se sabe que el pan es un alimento que además de estar exquisito, te aporta unos cuantos kilos a tu cuerpo.
Si a todo este popurrí de platos gastronómicos le añadimos, que por estas fechas que son tan familiares apenas he hecho deporte, (squash, natación, ...etc.), solo he mantenido el kárate, se entiende pues que mi figura que estaba alcanzando el registro buscado por todos, se haya estancando un poco y hay posiblemente vuelto a recuperar unos kilitos, que todavía no serán los definitivos, ya que no hay que olvidar que todavía falta la cena de Nochevieja, y si acaso, un poco más comedida, la comida de Reyes.
Pero ¡que no cunda el pánico!, que a partir del día 8 de enero, vuelve la normalidad en el aspecto culinario en el planeta y podré volver a "saborear" mis amadas verduras y demás platos insípidos con los que he conseguido adelgazar en 2 meses 6 kilos, ayudado eso si por la práctica habitual de deporte, que en mi caso será el kárate, el squash, el padel y la natación.
Así que aplicando los métodos de choque que espero que vuelvan a ser tan efectivos puedo asegurar que volveré a adelgazar y conseguiré llegar a el peso que la endocrina me indique, que a todo esto todavía no me ha dicho cuál debe ser.
Como siempre solo he contado mi VERDAD, que en este caso es una mala noticia en el aspecto estético, pero que en el aspecto culinario está siendo una bendición de Dios.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.
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