lunes, 18 de agosto de 2008

Daños colaterales de los nietos.

Buenos días a todos/as:
hoy voy a escribiros sobre las repercusiones que llevan sufridos nuestros cuerpos después de estar ya una semana con mi sobrina; que aunque no lo creaís son bastantes y de diversa índole.
Parece mentira, que diferentes son los hijos de un mismo matrimonio, ya que mi madre por su experiencia sabe que cada hijo es diferente, por ejemplo mis hermanos en su niñez fueron más movidos que yo, que por contra fui bastante tranquilo y gracias a Dios apenas lloraba y dejaba en paz a los adultos, ya que mi vida interior era grande y me entretenía con poca cosa.
Pues bien, dicho esto resulta que mi sobrina no es como yo, sino que es todo lo contrario, ya que además de ser una niña consentida en exceso, (espero que mi hermano y su mujer sepan detectar y solucionar el problema a tiempo), es una sirena de incedios, que se ha dado cuenta que cuando llora, consigue lo que quiere, ya que en el acto hay una persona adulta que se hace cargo de ella. Y claro, como los niños, (no lo olviden nunca, NO SON TONTOS, solo pequeños), aprenden muy rápido, pues en mi casa está utilizando el mismo plan y para mi desgracia, sólo yo soy el único que no le hago ni caso, pero mi madre enseguida se vuelca con ella y ya no digamos la otra abuela, que además de pensar que la niña es de cristal, la trata como tal, provocando que la niña sea cada vez más consentida y "asquerosa". No se pueden imaginar que daño le están haciendo a la niña, y encima cuando yo que soy el único que la trato como debe ser, como una persona y no como un muñeco, resulta que soy brusco con ella y que debo ser más dulce. NO señores/as, con esta niña no se puede aflojar ya que en el momento que te ve flojear ataca con su "ruido infernal".
Y aquí comienzan los daños, mi madre está la pobre ya desesperada, ya que aunque ella no nos educó como lo están haciendo con María, se está adaptando a esa manera ya que dice que para 9 días ella no se va a pelear pero está alcanzando ya su paciencia. Y otro cantar es la noche, que nunca es plácida, ya que la niña no para de llorar noche si, noche también y es porque la han acostumbrado a dormir en la cama con los padres y por supuesto, en mi casa no lo hace, sino que duerme en su cuna, y claro eso a ella no le va, y para lograr su objetivo utiliza su llanto.
Mi madre es la que más la sufre en directo y en la cercanía, pero mi oído que es bastante bueno lo oye y apenas duermo. Manda huevos que en mi mes de vacaciones, no pueda descansar más de lo que habitualmente lo hago; aunque tampoco me quejo mucho ya que mi cuerpo no me pide más de 5 horas de descanso.
El tema del tiempo a desarrollar también afecta, ya que mi madre no quiere quedarse sola por miedo a que ocurra algo y tenga que pedir ayuda y eso conlleva que mi horario esté algo limitado. Pero en honor a la verdad, al segundo día me cansé y he decidido que mi vida siga igual; pero esto ha conllevado a que mi madre y yo choquemos y discutamos más.
En definitiva que siempre es un placer tener a la familia en casa ¿?, pero lo que tengo claro es que las responsabilidades no se deben delegar, ya que estas delegaciones causan daños colaterales a los demás integrantes de la familia, sobre todo a los que se encargan de dicha responsabilidad en defecto de los padres.
Por favor amigos/as, espero que no actuen así y que sepan estar siempre al lado de sus hijos, a la altura de las circunstancias; por lo menos yo pienso actuar siempre así, ya que no hay peores daños que los que se ocasionan a los demás por un exceso de confianza.
No pretendo que nadie se ofenda, solo contar mi "semana infernal".
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Suerte abuelo. Entre las enfermedades en agosto, y ahora este artículo sobre los daños colaterales, parece que todo son desgracias.