Buenos días todos/as.
Hace ya justo un año que tomamos mi pareja y yo la decisión de cambiar radicalmente nuestra vida, y todo empezó con un cambio de residencia, y nos trasladamos al Levante español, donde creo que hemos acertado de todas, todas.
En este año que llevamos en nuestra nueva casa, nos hemos dado cuenta que nuestro ritmo de vida ha cambiado a mejor, ya que no tenemos tanto estrés y nos tomamos las cosas con más calma, al igual que los lugareños. Pero he de reconocer que a veces, todavía me exaspera la relativa calma que muestran por aquí, sobre todo a la hora de realizar trabajos. Pero lo importante, como nos recuerdan los trabajadores, es hacerlo bien, aunque ello provoque que la espera sea eterna. ¡Todo es adaptarse!
El mejor cambio, ha sido sin lugar a la duda, la nueva vivienda. Hemos pasado de vivir en una casa de apenas 60m cuadrados, con un patio, a una vivienda con jardín, piscina propia y dos plantas. El que mejor y más disfruta de ella, es sin duda nuestro labrador Gofre, el cual, no para de correr y jugar. Pero eso sí, sigue siendo un perro alfombra, y no se separa de nosotros aunque disponga de terreno. El que tiene un labrador, sabe de que estoy hablando.
Indudablemente la vivienda la podemos disfrutar, porque el tiempo climático de la zona es más que inmejorable. Solo indicar, que la vivienda no tiene calefacción, ya que salvo apenas una semana en enero hace lo que llamaríamos frío, por estos lares la temperatura invernal oscila entre 12° a 16°; con lo cual, la calefacción, salvo que seas muy friolero/ a, es innecesaria. Conlleva un buen ahorro respecto a la anterior vivienda. Gracias a este tiempo, podemos disfrutar del jardín, todo el año, y de la piscina, desde finales de marzo, aunque si uno quiere, puede utilizarla todo el año, ya que al ser individual...
Otra mejora importante, es el costo de vivir. Si bien es cierto que la casa es más grande y tiene un mantenimiento, superior a la anterior, tan bien, es cierto, que los precios de los productos básicos, son más baratos, así que lo uno compensa a lo otro. En líneas generales, ganamos más que perdermos.
Lo único que echamos en falta, es la proximidad de nuestros amigos, ya que anteriormente para quedar con ellos era muy simple, llamabas y punto, pero ahora, al estar a 450km de distancia..., la cosa cambia. Pero es un peaje que gustosamente pagamos, ya que nos compensa el estilo de vida que tenemos actualmente, aunque haya cosas que añoremos como los voluntariados, P.C o CR, que te daban vidilla y era un momento de reunión con tus amigos. Pero lo que por un lado pierdes, lo ganas en otro, por ejemplo, poder disfrutar del mar.
En resumen, que la prueba del año, ya la hemos pasado y podemos decir que la decisión ha sido más que acertada. De hecho animamos a todos/as que si podéis hacer un cambio radical de vida, no tengáis miedo a afrontarlo, ya que la vida es la toma de decisiones, y más vale arrepentirse de lo que has hecho, que arrepentirse de no haberlo hecho.
Como siempre hemos tratado de contar nuestra verdad, que no tiene que ser compartida por todos, pero sí que pedimos respeto por ella.
Hasta la próxima,
EL ABUELO.
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