viernes, 26 de abril de 2024

Depender de terceros..., mal resultado.

 Buenos días a todos/as.

Hoy voy a hablaros sobre una situación, que seguro que a todos/as nos ha pasado,  no una vez, sino incluso más veces, y de la cual no aprendemos, por mucho que nos digamos que no lo volveremos a hacer. Me refiero a depender de un tercero para acabar un trabajo.

Vamos a ver, cuando tú encargas un trabajo a una persona de confianza, ya sea fontanero, electricista, o jardinero, confías en que esa persona sea capaz de solventar el problema por si misma y que no te derive a una tercera persona, ya que con quien tú llegas a un acuerdo es con él, el principal, y si hiciese falta otra persona, ya no corre de tu cuenta, sino que sería como una subcontrata del elemento principal, sin que afecte al presupuesto original, pactado en su momento.

Hasta la fecha, nunca me había gustado trabajar de dicha manera, pero la realidad es tozuda y en más de una ocasión, hemos tenido que aceptar que la persona contratada para un trabajo, a su vez delegue parte de dicho trabajo en un tercero de su confianza, para así agilizar el tiempo de entrega de dicho trabajo. Y hasta la fecha, no me había surgido muchos problemas. Pero esta vez la fórmula 1+1, no ha funcionado como debiera. El jardinero, se comprometió a realizar un trabajo de implantación de césped artificial, solución única para el jardín en la zona, en un determinado tiempo de un mes. Para ello, contaba con un compañero suyo especializado, supuestamente en césped artificial. La verdad es que los 2 primeros días de trabajo, en el que el, titular se encargó de preparar el terreno, no hubo problemas, y se iba acorde al calendario presupuestado. Pero los problemas llegaron al tercer día, cuando el supuesto "especialista", no apareció a hacer su parte, alegando problemas de agenda. Vamos que sus trabajos principales, chocaban en su interés con "mi trabajo", y claro, priorizó, dejando en evidencia su poca profesionalidad y metiendo en un marrón a su amigo y contratado oficial por mi. El principal dio la cara por su "compañero" y me aseguró que no iba a volver a pasar, y que todo se encauzaría y estaríamos en tiempo para acabar el trabajo.

Pues bien, como todos/as os imagináis, el que la hace una vez, exacto, repite otra y otra. Ante esta poca profesionalidad del "especialista", me vi obligado a hablar con mi principal y decirle que no toleraba esa falta de compromiso, ya llevábamos 3 semanas y no iba ni adelante ni atrás, y no se veía solución, de ahí que vetase la participación de dicho impresentable, ocasionando a mi principal una pérdida económica, ya que él de mi presupuesto ha de pagar a este otro, por mucho que no haya cumplido. Yo por mi parte, es un presupuesto cerrado y lo único que me afecta es el tiempo, que no se está cumpliendo.

Depender de terceras personas conlleva estos riesgos, que en muchos casos son inadmisibles, y que en este caso concreto  no solo ha perjudicado al tiempo de obra, sino que además, realizó mal la medición del metraje del césped, con lo cual, hay que ampliarlo y por supuesto, al ser un error de medición no achacable a mi persona,  este incremento de presupuesto lo ha de afrontar mi contratado principal, por mucho que él justifique que no es su culpa. Realmente sí es su culpa, ya que ha confiado en quien lo ha dejado retratado, y por ello, su equivocación, le va a conllevar a pérdidas sí o sí. Todo ello por depender de un supuesto compañero, que a la hora de la verdad, mira por sí mismo y sus trabajos principales, frente a las colaboraciones con otros compañeros. Pero eso no es problema del cliente, es problema del trabajador que se arriesga al subcontratar a terceros. Si no puedes o no sabes hacer un trabajo, lo más lógico es reconocerlo y delegar en otra empresa para que sea ésta quien haga el trabajo, y sea ella quien facture al cliente. De esta manera tú quedas bien, porque eres sincero y le das a tu cliente una solución a un problema. 

Por eso creemos que un profesional ha de saber cuando y como aceptar un trabajo o por contra rechazarlo, siempre pensando en el bienestar de tu cliente y de ti mismo  ya que un trabajo bien hecho, te va a abrir puertas y va a fidelizar a tu clientela para contar contigo en el futuro, frente a un fracaso que te va a cerrar puertas y la mala publicidad te va a ocasionar trastornos en futuros trabajos.

Sé que hay veces que es imprescindible contratar a terceros, pero en dicho caso tiene que quedar bien claro las condiciones económicas y de tiempo, para que el cliente no se lleve sorpresas desagradables y conlleve a que despida al trabajador por falta de compromiso.

Como siempre hemos tratado de contar nuestra verdad, la cual no ha de ser compartida, pero sí pedimos un respeto, como lo hacemos con cualquier otra opinión.

Hasta la próxima:

EL ABUELO.


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