domingo, 1 de abril de 2012

Los deberes, ¿necesarios o innecesarios?

Buenas tardes a todos/as:
el otro día en las noticias de las 15.00h me asombró una noticia que afecta en mucho a mi ámbito profesional; la noticia hacía referencia a una asociación de padres franceses, los cuales se han puesto en huelga de deberes. Dicho así quizás no se entienda mucho la noticia, pero desarrollemos el tema.
Al parecer una sociedad de padres franceses, creen a su juicio, que los alumnos del colegio al que pertenecen sus hijos, llevan mucha carga de trabajo a su casa y claro, los niños, según su criterio, no pueden hacer nada más que trabajar cuando llegan a casa y eso no es bueno, ya que apenas desconectan del colegio. Dicho de esta manera, se puede decir que uno está de acuerdo con dichos padres, ya que los niños deben de tener un periodo de desconexión del centro educativo, y lo mejor es que sean en su casa, jugando o relacionándose con los demás miembros de la familia. Pero es que lo que no es cierto es que los niños no tengan tiempo. Lo que realmente ocurre es que los padres no saben gestionar el tiempo de sus hijos en la casa.
Además aquí no se discute si los niños deben o no deben de tener deberes para casa, cosa que siempre se ha hecho, sino que el verdadero tema en cuestión radica en la implicación de los padres en dichas tareas. Evidentemente lo que está mal planteado en nuestra sociedad actual es el papel de los padres, ya que no son ellos quienes deben de responsabilizarse de los deberes de sus hijos, sino que son los propios niños quienes deben de saber o al menos, intentar gestionar su tiempo, para de esta manera poder realizar todo lo que quieran en la tarde. Además con esta actitud ayudamos a que los niños adquieran una responsabilidad y vayan madurando poco a poco.
Los padres NO DEBEN RESPONSABILIZARSE de las tareas de los hijos, y ni mucho menos deben agobiarse cuando al día siguiente esos deberes no están hechos. Ya que incluso algunos, una gran mayoría son los que justifican el no hacerlos al dirigirse al profesor y decirle: "los deberes de ayer no los pudimos hacer debido a..."
¡Ojo!, que no me parece mal que los padres ayuden a sus hijos, pero de ahí a que sean ellos quienes se sientan mal por no cumplir con las obligaciones propias de sus hijos, va un abismo. No nos equivoquemos, estar con nuestros hijos en casa no significa hacer las tareas con ellos, ya que una parte del aprendizaje consiste en trabajar solo para así saber si comprendemos o no lo estudiado.
Como es lógico, el debate saltó de Francia a España, y ya hay padres que se adhieren a la huelga de los franceses y se preguntan si son o no necesarios los deberes, llegando incluso a implicar dicho debate entre los maestros.
Particularmente soy partidario de la realización de deberes por parte de los alumnos, ya que gracias a los deberes, los alumnos pueden saber si lo que creen haber entendido en clase lo saben llevar a cabo, o por contra si cuando están a solas se percatan que no lo han entendido como ellos pensaban. Es una manera de reforzar unos conocimientos que se han debido adquirir en el centro.
También es verdad que no hay que abusar de las tareas, y que no deben ocupar a los alumnos más de 2 horas, ya que suficiente tienen con las horas de clase, como para que en casa no puedan siquiera divertirse.
Además los deberes fomentan un hábito de estudio que si lo adquirimos de pequeños, nos ayudará cuando lleguemos a nuestra vida universitaria, e incluso para nuestro futuro trabajo.
Los que piensan que no debería haber deberes, pueden contestarme ¿cómo educamos entonces en el hábito de estudio a los niños?, ¿acaso eximirles de hacer su tareas les va ayudar en su vida laboral. la cual si tendrá horarios?
¿Es que la educación que hemos recibido todos aquellos que tenemos la treintena resulta que no es buena?, ¿acaso es mejor la LOGSE?.
En definitiva, que no hagamos a los niños más comodones de lo que ya son, y dejemos de sobreprotegerlos y comencemos a inculcarles sus responsabilidades y obligaciones como siempre se ha hecho.
Como siempre solo he tratado de contar mi VERDAD.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

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