viernes, 18 de febrero de 2011

Cuando los familiares más que una ayuda, son una ¡locura!

Buenas tardes a todos/as:
lo que conocéis mi situación, ya sabéis que el próximo mes de julio voy a contraer matrimonio con la que lleva siendo mi pareja desde hace 7 años. Y la verdad es que ambos estamos más que ilusionados por llevar a cabo tan importante paso pero la verdad, no pensamos que los preparativos fueran a ser tan molestos. Me explico. Como todo hijo de vecino, ella y yo teníamos en mente hacer un estilo de boda que si bien, no coincidíamos en ella, yo quería íntima y familiar, ella quiere algo más importante, al menos que incluyamos a nuestros mejores amigos, si que teníamos claro que tenía que ser una boda en un sitio que nosotros quisiéramos y sobre todo que estuviéramos a gusto.
Ante esta disyuntiva, se nos ocurrió hacer partícipes a nuestras familias, para que nos indicasen ellos su punto de vista y nos pudieran proponer sitios. ¡Aquí empezó nuestro error! Resulta que cada vez que hemos visto algo que nos ha llamado la atención, lo hemos compartido con nuestros familiares, y resulta que en vez de ayudarnos a decidirnos, con sus comentarios han sembrado más de dudas los lugares, ya que a cada cual le gusta un sitio, y como es lógico intentan hacerte ver que la decisión que tú has tomado no es la buena, sino que debes hacerles caso a ellos, ya que tienen más experiencia y saben más.
Efectivamente, tanto ella como yo, nos hemos percatado que oír a todos y conseguir que todos estén felices sabiéndose escuchados es imposible, ya que es difícil que ambas familias coincidan en el lugar. De ahí, que nos estemos volviendo literalmente locos, ya que cada vez que decimos "este", pues va y resulta que una de nuestras madres, lo echa por tierra.
Así que os podéis imaginar lo harto que ya estamos de ver cosas y de pensar si este es o no el lugar idóneo, y sobre todo estamos hartos de tener que ver si nuestros familiares dan su visto bueno o no al lugar.
Así que hemos tomado la decisión de ser nosotros quien entre dos opciones vamos a elegir sintiendo mucho que a ellos les guste o no, ya que como siempre hemos pensado ella y yo, nosotros somos quienes nos casamos, no ellos, con lo cual, somos nosotros quienes tenemos que estar contentos y a gusto en el sitio; aunque por lo que nos cuentan gente con experiencia la celebración para los novios, no es nada agradable, ya que suelen estar más pendientes de que todos estén a gusto y bien, por encima de sus propios deseos. Pero... ¡eso ya será otra historia!
Yo solo os recomiendo a los que os estéis pensando el casaros, que no os dejéis influir por las decisiones de los demás y que decidáis lo que decidáis, que sea solo en compañía de tu pareja, que en el fondo es con quien vas a compartir el resto de tu vida y con quien vas a tener que volver a tomar decisiones en un futuro que solo os afectará a vosotros dos.
Indicar que la ayuda de los que te quieren se ha de agradecer siempre, pero a veces hay que saber que lo importante es lo que se decide en pareja.
Como siempre solo trato de contar mi verdad, que fijo que no tiene porque ser compartida, pero que al menos es mía y nadie me la puede quitar.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

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