martes, 1 de junio de 2010

La vuelta a los orígenes.

Buenas tardes a todos/as:
hoy voy a escribir sobre los giros inesperados que te da la vida y que acaban provocando situaciones tan inverosímiles como volver a lugares que en su momento odiabas y que perjuraste no volver a pisar, una vez tus obligaciones con dicho lugar acabasen. Pero a veces, el destino es caprichoso y decide jugarte un giro inesperado que provoca que vuelvas a tus orígenes, que en el fondo son aquellos que más te han marcado como ser, y más si nos estamos refiriendo al centro educativo, colegio, escuela, como quieran llamarle.
Todo esto viene a colación, porque cuando ya estaba a punto de desesperarme y de tirar la toalla respecto a mi suerte en el ámbito laboral, y plantearme el volver a trabajar de comercial, o vendedor, (me gusta, pero lo mío es la enseñanza), recibo una llamada que creo que me ha cambiado mi futuro para bien el resto de mis días. Y esa llamada no es otra que la de mi antiguo colegio, que de manos del que es actualmente el subdirector, (alumno de mi promoción), me ofertó formar parte de personal docente de mi colegio.
Esta claro que no lo he dudado un instante y que estoy encantado de estar desempeñando mi labor docente con los niños de 2º y 1º de Primaria, teniendo incluso la posibilidad, de enseñar a hijos de compañeros míos en su momento. Ciertamente es todo un orgullo y honor poder formar parte del plantel de profesores, que además muchos de ellos fueron educadores de mi persona y que ahora me llena de satisfacción comprobar que han pasado a ser mis compañeros.
Indudablemente en estos días, te viene a la cabeza la cantidad de veces que juraste en arameo del colegio, y de como criticabas a tus profesores, que más que criticas, eran ataques frontales y dolosos contra ellos, ya que los considerabas las personas que te hacían la vida más compleja, sobre todo, cuando llegaban las notas a casa y te habían cepillado alguna.
En esos momentos era cuando hablabas entre tus compañeros y decías lo típico: "cuando acabe, no vuelvo más al jodido colegio ni aunque me paguen", "más que profesores, son unos cabrones", y demás lindeces que no son de buen gusto el reproducir.
Pero mira por donde, resulta, que una de aquellas frases, el caprichoso destino ha querido que se cumpla de verdad, y a día de hoy, acudo al colegio porque me pagan por ello, y además he pasado de ser el que criticaba (alumno), a ser en un futuro criticado (profesor), pero en mi haber consta que doy a los niños de Primaria, y que éstos por norma general suelen adorar a sus profesores.
He de estar agradecido en demasía a mi jefe, (antiguo compañero mío), ya que gracias a su oferta, y al haberme aceptado, he conseguido volver a disfrutar con mi trabajo, y dejar de ser uno de los 4.500000 parados de España, y lo más emocionante volver al lugar donde acabaron de forjar mi personalidad como profesional del futuro.
No es el mismo centro en cuanto a instalaciones, ya que han ido evolucionando cada año y han mejorado ostensiblemente las instalaciones, llegando a poseer unas instalaciones dignas de elogio y de envidia de los demás centros. Pero lo que más me ha sorprendido en la evolución del centro ha sido la calidad de la enseñanza, ya que he de reconocer que su nivel es altísimo comparado con el anterior centro en el que trabajé, que se las daban de números uno, y que la verdad comparados con mis actuales niños son nada, y eso que estamos hablando de un ciclo inferior, ahora estoy en el primer ciclo de Primaria, (1º y 2º), y antes estaba en el 2º ciclo (3º y 4º), y puedo asegurar que los actuales niños de 2º tienen más nivel que los de 4º del año pasado. Y sin métodos anglosajones de por medio.
Y para acabar indicar que los orígenes de las personas son valores que nunca olvidamos y que nos marcan para el resto de nuestras vidas, siendo nuestro sello personal en nuestras futuras acciones. Y ahora me alegra decir, que espero ser un profesional que inculque ese sello que me inculcaron a mi, en muchas futuras generaciones de alumnos; los cuales cuando hablen de su colegio siendo ya adultos, recuerden con cariño su estancia en el centro y tengan un grato recuerdo de su profesor.
Esta vez no ha sido un artículo de mi estilo reivindicativo, pero si quería dejar constancia de mi agradecimiento al centro que me ha dado la oportunidad de volver a ser feliz desempeñando mi labor docente.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

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