martes, 4 de mayo de 2010

Las nuevas tecnologías, ¿ayuda educativa? II

Buenos días a todos/as:
ayer comentaba la importancia que había tenido y que siguen teniendo hoy por hoy las nuevas tecnologías en el ámbito de la Educación en España. Como todos recordareis llegamos a la conclusión que como herramienta de información y comunicación eran muy buenas, pero había que saber hacer bien la búsqueda y hacer criba de la buena información. Pero dejamos un tema importante en el aire, y ese no es otro que la influencia gramatical que tienen estas tecnologías en nuestra sociedad.
Las nuevas tecnologías en los campos de la gramática y de la ortografía, más que un avance para las personas, podemos decir sin miedo a equivocarnos, que han sido un retroceso, ya que de las muchas facilidades que nos aportan, (corrector automático, diccionario, elección de la fuente y tamaño letra, ..etc), nos han hecho bajar la guardia y confiarnos en que cada vez que escribamos algo con solo dar a corrección tendremos un texto corregido integrante y sin faltas. Pues bien, eso no es del todo cierto, ya que hay que recordar a las personas que las corrección solo se aplica a como se escriben las palabras, no a si son o no bien utilizadas en el contexto, y en eso es donde todavía no caemos en la cuenta, por eso observamos que hay muchas personas con cargos influyentes en la sociedad, incluso, lo que es más grave, muchos periodistas, que escriben artículos plagados de errores gramaticales e incluso alguna que otra falta ortográfico de peso.
Pero lo más dañino de las nuevas tecnologías a mi humilde entender es como han desvirtuado la manera de escribir de nuestros niños y adolescentes, a lo cual ha hecho mucho daño el móvil, ya que ha surgido con fuerza un lenguaje basado en las abreviaturas, que siempre ha existido sobre todo en el ámbito universitario, pero que ahora se ha extendido a los individuos de 12 a 26 años, ya que hay 150 caracteres en un mensaje msm.
Este tipo de lenguaje provoca que los niños actualmente sepan escribir en método móvil, (deberíamos plantearnos seriamente su importancia, ya que cada día cobra más relevancia), el cual desvirtúa el lenguaje original, lo que provoca que las faltas de ortografía posteriores se plasmen en el lenguaje formal. Ejemplos:
¿Qué tal estás?, normal. K tl sts? método móvil.
Mañana nos vemos, normal. Mñn ns bms. Método móvil.
Así podríamos poner cientos de ejemplos.
Viendo estos dos ejemplos de lo más habitual, no es de extrañar que luego cuando escriben de forma formal, cometan el error de poner que con K, de poner vemos con B, y por supuesto de tildes ni hablamos.
Las nuevas tecnologías han provocado que el lenguaje adquiera una nueva dimensión espacial (de espacio) y que por el indebido uso de los caracteres 150 de los msm se haya originado este estilo de lenguaje que no enriquece en nada a la fuente original, sino que todo lo contrario, está provocando que cada vez haya más personas que no sepan escribir correctamente y que por ende veamos en los cargos de altos directivos, (he tenido acceso a mails, que realmente son aberrantes, pero...), gente que gramática y ortografía, parece que no va con ellos.
Y lo más gracioso es que a los maestros se nos exige que les enseñemos de forma y manera que los alumnos alcancen la Educación Secundaria con los mínimos para saber leer y escribir.
Gracias a Dios ahora parece que la nueva ley exige que no solo lleguen con los mínimos, (que a todas luces es insuficiente), sino que deben acabar la secundaria sabiendo leer y escribir perfectamente, que es lo menos que se le puede exigir a alguien de 18 años.
Antiguamente he de recordar que a los universitarios por muy bien que tuvieras un examen en cuanto a contenidos, si cometías más de tres faltas de ortografía, ese examen era suspenso y dejaban de corregirlo. Pero las cosas buenas se van perdiendo en beneficio personal de los alumnos, pero menoscabando sus aptitudes.
Como siempre solo he tratado de reflejar MI VERDAD sobre un tema que me preocupa en exceso, por lo que me toca tanto a nivel profesional, como a nivel personal.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

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