viernes, 23 de marzo de 2007

El Olvido

Buenas amigos/as:
hoy el tema que saco a colación es la capacidad de olvidar, o lo que es lo mismo, el olvido, o negar la acción pasada. Espero que os haga reflexionar.
Buenas tardes:
Hoy amigo/as voy a hablar sobre algo que parece que todo el mundo conoce, pero que hay gente que es más capaz que otras para llevarlo a cabo; es el tema de: El Olvido.
¿Qué es el olvido? El olvido es la acción del verbo olvidar, curiosamente este verbo es típico de los seres humanos, ya que se asocia directamente con nuestra mayor actitud que es el raciocinio. Olvidar es el proceso mental mediante el cual, los seres humanos intentamos borrar de nuestras mentes aquellos actos que nos suponen dolor o nostalgia, o ¡por qué no!, nos recuerdan tiempos mejores que como ya no podemos vivirlos, preferimos suprimirlos.
Olvidar queridos amigos/as, no es tan fácil como quisiéramos (aunque hay gente que si posee esa capacidad), ya que nosotros no somos como los ordenadores que simplemente apretando un botón pueden borrar de su disco duro la información que queremos suprimir. Para nosotros ¡por desgracia!, las cosas son más complejas, ya que la mente humana no es selectiva en sus recuerdos.
Desde el comienzo de la humanidad, un acto defensivo es el poder olvidar, ya que creemos así, que lo olvidado nunca ha existido; pero no es cierto. Primero, nunca podemos olvidar algo por completo, ya que para olvidar una acción que nos haya marcado, no solo debemos olvidar esa acción, sino que también deberíamos olvidar las circunstancias que rodean a la acción, y eso amigos/as, cuando es un hecho normal de la vida, ¡es imposible!, ya que siempre habrá algo que inconscientemente te recuerde ese recuerdo que para bien o para mal deseamos borrar.
Bien es cierto que habrá gente que diga que solo tendríamos que borrar, olvidar las cosas malas; pero hay también personas que creen que las cosas buenas has de olvidarlas, ya que a veces, su recuerdo puede ser más nocivo que un recuerdo malo.
Sinceramente no creo que ninguno de los anteriormente citados razonamientos sean buenos. Creo que el ser humano no debe olvidar nunca nada, ni aciertos ni errores, ya que de esta forma recordándolos podremos en un futuro evitar repetirlos, ya que el hombre ha de tener en cuenta y aprender de sus acciones pasadas; el mejor ejemplo: La Historia.
Bien es cierto que también el hombres: “es el único animal que tropieza en la misma piedra dos veces”, y más si la piedra tiene que ver con el mundo de los sentimientos.
Pero como en la viña del Señor ha de haber de todo, siempre tenemos esa persona que sí ha sido capaz de olvidar, y que curiosamente nos demuestra que esa capacidad de olvido solo puede estar al alcance de personas que sus sentimientos, (en mi humilde opinión), no son lo más importante en su escala de valores, ya que de un plumazo son capaces de renegar, o de no admitir recuerdos que por alguna causa les hace sentir mal, o … ¡vete tú a saber! De verdad, ojalá una de esas personas pudiera explicar como tienen esa capacidad, o a lo mejor no pueden, ya que en el fondo no han olvidado, pero lo que si que hacen es enterrar esos recuerdos fingiendo ser otras personas que no son. La verdad, no lo sé, pero esas personas no son dignas de mención.
¿Cómo se puede olvidar? Negando tu realidad. El que olvida su realidad, no está viviendo, ya que si tu realidad es jodida, ¡puede ser el caso!, pues la afrontas y punto. Pero no intentes mediante el olvido crear una nueva realidad, ya que será ficticia y no será consistente, y finalmente la realidad nos demostrará que sitio nos corresponde. Además amigos/as hemos de aceptar nuestra realidad sea cual sea.
No olvidéis que: “los fantasmas del pasado siempre acuden para atormentarnos”
Indudablemente como habéis podido intuir, no comparto la filosofía de “Olvida para vivir”, todo lo contrario, creo que deberíamos de estar muy orgullosos de nuestros actos pasados, ya que en el momento que los realizamos pensábamos que eran los correctos y debemos asumir que hay veces que esos actos nos reportaron, nos reportan y nos reportarán satisfacciones, como en otros casos serán decepciones, pero jamás, repito, jamás debemos caer en el craso error de olvidar, ya que egoístamente sino olvidamos podremos evitar repetir errores.
Sé que nunca he intentando con mis escritos influiros, pero he de reconocer que esta vez sí que me inclino por haceros ver lo importante que es no olvidar.
La persona que duda, reniega de sus vivencias y reniega por tanto de si mismo, y lo más bonito de la vida es aprender de las cosas vividas.
Un saludo; El Abuelo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola!

Lamento muchísimo y me averüenzo profundamente, pues postergando postergando y postergando mi comentario me fui de vacaciones sin poner nada, así que hoy toca ración doble: una aquí y otra en el post de esta semana.

Olvidar: ambigua capacidad. Todos pasamos momentos inolvidables, y todos querríamos olvidar algunos. ¿Por qué? Simple: unos nos son agradables, evocan momentos en los que somos felices, nos hacen sonreir por dentro y por fuera; los otros nos recuerdan nuestros fallos, errores, nos entristecen, duelen y hacen sufrir.

Yo creo que la naturaleza es sabia, y si nos hizo capaces de olvidar, es que de algo sirve. Hay cosas que debemos olvidar. Bien es verdad que si algo es importante nunca se olvida completamente, y de las malas experiencias se puede aprender más que de las buenas. Pero esto (para mí) sólo significa que cojamos lo bueno y olvidemos lo malo. Si cada vez que hacemos algo que aprendimos previamete tenemos que pasar el mal trago de lo malo de la lección aprendida, mal asunto ¿no? Yo tengo muchas cosas que olvidar, algunas ya lo hice, otras a medias, y algunas soy incapaz. Pero la cuestión es quecreo que es una herramienta de nuestra mente, en cierto modo como la mentira, pero hacia uno mismo (recordemos la cantinela de evitar el sufrimiento psiclógico).

Cierto es que las cosas importantes no se olvidan, aunque se puedan reprimir en el subconsciente (la represión de recuerdos y traumas está contemplada en psicología) pero es mejor tenerlas lo menos presente posible. Porque hay que recordar que lo que hace que un recuerdo sea bueno o malo no es el recuerdo en sí, sino las sensaciones emparejadas a éste, que muchas veces perviven aun cuando del recuerdo no quedan más que algunos trazos. Y si no fuéramos capaces de olvidar, de amortiguar esa intensidad de sentimiento, cuando fuera en un sentimiento malo, no superaríamos la primera experiencia.

También está esa curiosa patología llamada "amnesia selectiva" que consiste en que alguien se olvida de cosas concretas aun recordando todo lo demás (suele corresponderse con deudas, responsabilidades o declaraciones comprometedoras), pero hasta el momento no he conseguido que se considere enfermedad y todo el que la ejerza es un fulero y un caradura.

Así que, en conclusión, olvidar, es bueno, o malo, o... como toda herramienta, según el uso que se le dé. No neguemos todo lo que somos olvidándonos, pero no podemos continuamente dejarnos superar por nuestras malas experiencias ni anclarnos en el pasado.

¡Nos vemos ahora en el siguiente post!

El Abuelo dijo...

Buenas Desperillado:
me parece como simpre bastante aceptable tu punto de vista, pero no estoy de acuerdo en que el olvido es una herramienta que podamos usar en nuestro benefico, yo más bien creo que el olvido es algo que deberíamos desterrar de la humanidad. Ya que el que olvida no aprende y siempre hemos de aprender de las cosas sean buenas o malas.
Un saludo, El Abuelo.