lunes, 13 de diciembre de 2010

Casarte, sus complicaciones.

Buenos días a todos/as:
llega un día, en la vida de todo hombre y mujer en que ha de tomar una de las decisiones más importantes de su vida, y esa decisión no es otra que el casarse. Efectivamente, parece que sea una decisión que nunca te vas a plantear, y mucho menos cuando eres un adolescente que piensas que tal día nunca llegará, pues consideras que esa decisión es de viejos. Pero lamentablemente el tiempo avanza inexorablemente para todos, incluido para ti, y llega el día en que hablando con tu novia, que llevas con ella un buen número de años, te surge el tema de "¿Cuándo nos casamos?"
Justo en ese momento, te viene a la cabeza aquellos años en los que pensabas que casarte era cosa de viejos, y entonces te das cuenta de dos grandes verdades, una que eres viejo, y la otra que aquello que creías que nunca iba a pasar, te ha sucedido, te has enamorado de una mujer y quieres pasar toda tu vida con ella. ¡Te haces mayor!
En el momento en que tomas esa decisión, es cuando comienzan las grandes dificultades; ya que no es solo decir que te casas, sino que tienes que llevar a cabo una serie de gestiones para poder casarte, que inocentemente crees que son fáciles de llevar a la acción, pero que luego descubres que de fácil no tiene nada, ya que los ayuntamientos no te facilitan nada la tarea. Resulta que lo primero que has de hacer, es decidirte por una boda eclesiástica, o por contra por una boda civil; aunque cuando ya te has decidido por una de ellas, descubres que realmente tienes que ser consciente que la importante y que es la que queda en el registro en el Registro Civil, es en enlace civil o la boda civil la boda , ya que lo demás, (iglesia, banquete, etc), se produce por una serie de convencionalismos que nos impone la sociedad y si previamente no te has casado civilmente, no constan de validez.
Una vez decidido el acto de boda, surge los inconvenientes, ya que hay que pedir la partida de nacimiento, al registro civil correspondiente; y claro cuando eres de fuera de Madrid, la cosa se complica, ya que la efectividad de los registros de otras comunidades no es como uno quisiera, y si encima hablamos de Andalucia...
Una vez que ya tienes en tu poder la partida de nacimiento, resulta que también te piden el empadronamiento, con lo cual, también tienes que pedirlo, para ya reunido estos dos documentos vayas al ayuntamiento ha entregar la documentación para poder comenzar el proceso matrimonial. Lo curioso del caso es que la administración, en vez de pensar en los trabajadores, (la mayoría con jornada completa), decide pensar más en ellos mismos, y resulta que las citas para que te atiendan solo son por la mañana, y al día adjudican solo 30 números, que se cogen como si fuera una frutería, lo que quiere decir que has de estar desde lo menos las 5.00 am esperando cola y a la intemperie para que tengas la fortuna de adquirir un número.
No contentos con ello, resulta que el mismo día que te dan cita, has de comparecer con los dos testigos de turno, lo que implica que si son personas que trabajan, han de pedirse, al igual que los contrayentes, el día o la mañana en sus respectivos trabajos. ¡Vamos facilidades por doquier de parte de la administración!
Pero no solo surgen esas dificultades, sino que también surgen las dificultades de la celebración, que dejaré para el siguiente artículo, que se titulará Casarte, sus complicaciones II.
Como siempre solo he intentado contar una verdad que nos afecta a todos y que puede ser o no compartida, pero que es mía.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

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