martes, 31 de julio de 2007

La piscina, ¡ese gran charco de infecciones!

BUenas tardes a todos y todas los fieles lectores de las Grandes verdades:
a continuación voy a escribir sobre ese gran lujo que hoy en día casi todos poseemos y que siempre está en auge en los meses del período estival: la piscina.
La piscina, es esa gran amiga y aliada que todos queremos cuanfo llega los meses de junio hasta mediados de septiembre. Es curioso que salvo unos cuantos privilegiados que también poseen piscina de invierno climatizada en su casa, solamente deseamos poseer la piscina en verano. Logico pensarán, ya que es en este período cuando las temperaturas suelen ser axfisiantes y cuando todos deseamos sentirnos como los garbanzos cuando están al remojo.
Efectivamente la piscina es una gran aliada para combatir el fuerte calor que padecemos en verano y mucho más en países de gran tradición de calor como es el nuestro: España.
Hoy por hoy casi todas las nuevas edificaciones poseen la piscina, o el charco, o el vaso, como quieran llamarlo, cierto que tener piscina da empaque a una casa, pero también no es menos cierto que una piscina económicamente hablando no es rentable a una comunidad y mucho menos a una casa individual; ya que es un artículo que pagamos todos los meses del año su mantenimiento y que solo disfrutamos de ella en el mejor de los casos 4 meses. No es práctico pagar 12 meses un producto solo para disfrutar de él 4 meses.
Además con la nueva normativa que obliga a tener socorrista a aquellas comunidades que posean 40 ó más vecinos, resulta que esto conlleva que haya un horario de piscina. Si mucha gente creera que es una manera de controlar que la gente no deteriore los espacios de la piscina ya que el socorrista vigila; pero otros muchos, (en los que me incluyo), creemos que tener un horario implica que no podamos disfrutar de nuestra propiedad cuando más lo deseemos, ya que en el momento que el socorrista acaba su jornada laboral, la piscina queda cerrada y se prohibe su acceso a ella.
Muy bien señores, muy inteligente por su parte, ya que debido a esto, puede pasar que un propietario cuyo horario laboral coíncide con el de la piscina, no puede llegar a su casa y permitirse el "lujo" (para eso lo paga), de disfrutar de su charco. Es paradójico, pero eso es cierto. Con toda lógica entiendo que esos comuneros se quejen de tener o por lo menos de pagar el mentenimiento de la piscina cuando apenas la pueden disfrutar.
Lo más curioso de la piscina es que llega un momento del verano (pasado soklo 3 días de su apertura), que el agua que hay en la piscina más que refrigerarte y aliviarte del calor, te produce náusea y asco, ya que los usuarios de la piscina no hacen caso a las normas y obvian el ducharse antes de meterse en el vaso, con lo que conlleva aquello.
¿Quién no conoce a la típica señora que no se ducha y esta embadurnada de crema?, si esa crema luego forma una película de grasa sobre el agua que es imposible de depurar. Pero lo más curioso es que es esa señoara quien luego se queja amargamente cuando unos inocentes niños la salpican un poco o cuando se da cuenta que el agua está sucia. En vez de pensar en porqué de esa suciedad se queja amargamente del socorrista. ¡Ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el suyo!.
La consecuencia de no ducharse es la acumulación de mierda sobre la superficie de la piscina y e consecuente caldo de cultivo para las infcciones. Si es cierto que el cloro ayuda a disimular esta mierda, pero quién no conoce de un caso que haya cogido un papiloma o una infección alguien en una piscina, ya sea pública o privada.
Por esto señores/as creo que la piscina es algo que sobrevaloramos en exceso (soy el primero en hacerlo y me quejaría de no tener una), y que es un gran charco donde las infecciones son libres de correr, o mejor dicho nadar a sus anchas.
Piscinas si, pero controladas y con buen uso.
Como siempre recuerdo que no pretendo convencer a nadie, solo expresar mi verdad.
Hasta pronto.
EL ABUELO.

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