martes, 15 de abril de 2014

Wogaboo, ¿Fun eating o colegas camareros?

Buenas tardes a todo/as:
acabo de terminar de ver el programa de La Sexta El jefe infiltrado y me he quedado de piedra, ya que al parecer, el grupo Atresmedia, quiere llevar a cabo el mismo éxito que ha tenido con el formato de Pesadilla en la cocina de Ramsey, que aquí en España lo lleva el chef Chicote. La verdad es que la idea no es mala, ya que la versión americana es bastante entretenida; pero claro, no podemos esperar que la mentalidad americana sea la misma que la nuestra, de hecho es bastante diferente.
En El Jefe, como se conoce en USA, las empresas que participan, son multinacionales que mueven unas desorbitadas cantidades de dinero, y cuyas plantillas son acordes a todo lo de ese país, enormes.
Los jefes de las empresas suelen ser ejecutivos que no es que pasen penurias precisamente, todo lo contrario, viven en un tren de vida que aquí lo más parecido que tenemos son Botín, las Koplovitch, o empresarios estilo Endesa, Telefónica,..., en definitiva grandes empresas que no participan de dicho programa aquí en nuestras fronteras. Además estos ejecutivos cuando saltan al ruedo del programa, se implican al 100% y apenas dejan lugar a que sus "compañeros", duden de su profesionalidad y ni mucho menos de su verdadera identidad. También es verdad que al ser empresas con miles de empleados, es más complicado que los reconozcan, no olvidemos que las distancias en América son algo más grandes que aquí en España.
Y por último indicar que los premios, o gratificaciones yankees son extraordinarias, acorde al presupuesto que implica la multinacional. La mentalidad americana del trabajo es diferente a la nuestra y en sus programas se ve, como los empleados van todos en la misma dirección empresarial, (siempre puede haber excepciones), y buscan no el beneficio propio, sino el beneficio del grupo que es lo que en definitiva le va  repercutir a ellos, ya que cuanto más beneficio tengan en global, mejor y más productividad para ellos.
Por contra, aquí en España, vemos que una de las mayores diferencias es que las empresas que participan son empresas que no son de gran volumen, son más bien empresas que podemos catalogar grandes, pero que no alcanzan la mención de empresa gigante, más bien PYME con ínfulas de grandeza.
Pongamos como ejemplo la empresa de comida Wogaboo, fundada por los hermanos Domínguez. La verdad es que la empresa no podemos catalogarla como líder del sector de hostelería, pero según el programa y Borja Domínguez, el cofundador que se infiltra como currante, parece que son los números uno, por delante de Telepizza, Vips, Burger, McDonald`s, ... vamos todas ellas con mayores beneficios que los que Wogaboo dice  o quiere intuir.
El tal Borja, nos demuestra desde el comienzo que es un niño de papa, (suerte para él), que no ha pasado nunca necesidades económicas y que junto a su hermano Alfonso, fundaron los Wok, que luego vendieron, para después intentar exportar el método de comida de ¿calidad?, a buen precio y con un servicio, ¿divertido?
La verdad es que lo de comida de calidad, dista mucho de ser verdad, ya que no es que sea una comida excelente, aunque hay que reconocer que tampoco es mala. Pero vamos que mejor que ellos a patadas. Y del precio... hombre económico no es que lo sea mucho, pero para un día nos vale. Lo mejor de todo es la filosofía que intenta vendernos Borja. Él quiere hacernos creer que lo mejor de la cadena es que los camareros son más que camareros, amigos nuestros, que lo que pretenden es hacernos la comida, cena, más amena que si fuéramos a otro local. Y al parecer para ello, lo que nos vende Borja es el compadreo y colegueo de los camareros con los clientes. Pero como muy bien se ve en su propia persona, cuando le vacila a un chico de pelo afro rubio, se demuestra que dicha filosofía no es la más adecuada. No olvidemos que uno cuando va a cenar o comer, lo que busca es que la comida que le sirvan este buena, y sí que ayuda el servicio, pero no hasta el límite de comportarse como uno del grupo. Y menos en España, que nos dan la mano y cogemos el brazo.
Lo más patético del individuo este, es que aún demostrando que es más inútil que nadie, se permite indicar que los trabajadores que se dejan la piel día a día, no saben inculcar el pensamiento Fun eating, y que no son buenos embajadores de la cadena. ¡Dios nos libre si él es el ejemplo a seguir!
De hecho recordar que de los cuatro curros a los que va, en dos le echan antes de acabar la jornada, incluso en el primero ocasiona pérdidas de 200€ al derramar bebidas a una madre y mancharla, pero él siguiendo Fun eating, se lo toma como si la cosa no fuera con él. Incluso se ofende cuando el encargado Sofian le echa.
En el segundo curro, al pobre Ian, el cocinero acaba por desquiciarle con tanta pregunta, (cosa que no le censuro, ya que cuestionando las cosas se aprende), y ralentizando el servicio, motivo por el cual le invita a abandonar la cocina.
En el tercer día, Borja comete el error de perder la cartera y Nacho se da cuenta de quien es y claro, ahí acaba la historia, cuando la mesa que le había tocado, prometía que le iban a hacer pasar putas a Borja, por eso uno se pregunta: ¿accidente o error forzado?
Y acabamos en Arturo Soria, zona pija de Madrid, donde la camarera, que no encargada, ¿dónde estaba el o la encargada?, es quien desde un principio, no traga a Borja y le putea. La verdad es que es en el único restaurante que Borja no tiene culpa de nada, pero se lleva todas las leches. Si bien es cierto que en la zona de Arturo Soria, lo de ponerse de colegas, Fun eating, con la clientela,... ¡cómo que no! Incluso tras estar esperando 1h los postres, una mesa se fue sin pagar.
Lo mejor de todo es cuando al final los currantes se enteran que Borja, (El inútil), es su jefe. Sofian se acahanta y acaba haciéndole la pelota, Jennifer la dominicana, es la que mejor lo lleva, Ian, también lo lleva bien, y Cristina, lo flipa.
Los premios y gratificaciones que da El Jefe Infiltrado, distan mucho de ser tan increíbles como los de El Jefe, pero, acorde al presupuesto es lo que hay.
Mucho me temo que al final esta adaptación no va a poder ser exitosa como Pesadilla en la cocina, ya que no hay color.
Como siempre he tratado de contar mi verdad.
Hasta la próxima.
EL ABUELO.

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