jueves, 18 de octubre de 2012

La prepotencia e incompetencia de los facultativos del INSS.

Buenos días a todos/as:
hoy voy a escribir para comentar la poca profesionalidad que poseen algunos médicos en el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Parece mentira que haya médicos, que se crean que por solo ser médicos, están por encima de los pacientes y del bien y del mal.
Lo digo, porque no es de recibo que vayas a una consulta a tratar una enfermedad que puede marcar tu futuro a medio y corto plazo, y veas que la médico en cuestión no te deja ni siquiera mencionar el nombre de la enfermedad que padeces. E incluso cuando te pide que describas tus síntomas, resulta que la muy estúpida va de prepotente y ni siquiera te deja acabar tu explicación, anticipándose a tu final. Vamos que te pisa la palabra y cree estar en posesión de la verdad.
Sinceramente creo que la fama que se han ganado los médicos del INSS es más que merecida, ya que la gran mayoría son personas que ya han perdido la ilusión por su trabajo, y eso lo transmiten a sus pacientes comportándose de manera déspota y prepotente. Y lo que deberían hacer es escuchar con atención al paciente, ya que los que mejor pueden explicar sus enfermedades y mejor pueden sentirlas son los que las padecen y no aquellos que han estudiado la teoría. Que sí, que es verdad que la carrera es muy dura para ellos, pero de ahí a que se crean que por haber estudiado saben mejor que uno lo que padecen, va un abismo, ya que siempre sabrá uno mejor como se siente que el médico. Y es que de la teoría a la práctica hay un buen trecho.
Por eso pido a los responsables de los médicos, que de vez en cuando se pasen por las consultas, al igual que con el cliente misterioso en las tiendas, y evalúen la mala calidad del trato a los pacientes, que en el fondo somos quienes con nuestros impuestos pagamos sus honorarios que precisamente no son mil euristas.
Pero tranquilos, que cuando llegue el momento, todos tendrán su merecido, sea para bien o para mal. Como muy bien dice el refranero español, "a cada cerdo/a le llega su San Martín". (Ya me encargaré de ajusticiarla yo).
Como siempre solo he tratado de contar mi verdad, que en este caso es como un templo de grande y retrata la realidad de un caos llamado INSS.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues si hablamos de los funcionarios que atienden al público, por ejemplo el de la mesa de prestaciones familiares en el centro de Moratalaz en Madrid. Yo pensaba que los funcionarios de la época franquista ya no existían. Pero he visto que no. Incompetente, prepotente. Dan información contraria a la ley. Por ejemplo pedir DNI de Ammons cónyuges y copias. Pedir certificado de empadronamiento de todos los miembros de la unidad familiar... Cuando hace ya tiempo que un real decreto anulaba esas peticiones a la ciudadanía. En fin... Seguro que hay otros que disfrutan con su trabajo.