domingo, 1 de julio de 2012

Jorge Javier, ese ególatra empedernido.

Buenas tardes a todos/as:
hace tiempo que quiero escribir este artículo, pero he tratado de dejar que pasará el tiempo para comprobar si Jorge Javier estaba actuando o si por contra, se cree el ombligo del mundo. Y ya me he decantado por creer que se piensa el mejor profesional del panorama televisivo nacional, y ¡no es verdad!
Lo primero que se le ha de decir a Jorge Javier, es que la humildad no la debamos de perder nunca por muchos y buenos logros que alcancemos en nuestra vida, ya sea a nível profersional o personal, ya que tener los píes en el suelo es lo que nos sa la perspectiva de ver lo mucho que hemos alcanzado y prosperado. En el momento en el que uno pierde la humildad, corre el peligro de creerse infalible y lo más preocupante imprescindible, y la verdad es que en el mundo de hoy no hay nada ni nadie imprescindible, ya que lo que hoy es lo mejor y está arriba en la cima, puede ser mañana lo peor y hundirte en el fango más profundo. Por eso lo primero que se enseña a las personas que alcanzan sus cimas, que lo más importante de todo es no perder nunca la perspectiva de la realidad, y lo más importante ser capaz de reconocer y agradecer a los que te rodean su ayuda para alcanzar los éxitos.
Al parecer este concepto tan básico, se le ha olvidado al presentador de la cadena de Fuencarral Telecinco, Jorge Javier Vázquez. Sí, es cierto, que a día de hoy es el presentador de la cadena con mayor número de programas los cuales tienen éxito, pero también es verdad que no son programas versatiles, sino más bien son copias exactas unos de otros. En estos momentos, presenta Sálvame Diario, Sálvame Deluxe, y Tengo una cosa para ti. Este último, reseñar que es una burda copia de Tengo una carta para ti, o Sorpresa sorpresa; así que no debería vanagloriarse mucho, ya que de originalidad, nada de nada. Y qué decir de Sálvame, ambos programas se dedican a contar la actualidad más casposa de los famosos, y pseudofamosos, y a decir verdad, su triunfo es más achacable a sus colaboradores, en especial ambos Kikos, Belén Esteban, Mila y Lidia, que al propio Jorge Javier, ya que cuando el programa lo presenta Paz Padilla, los jueves y viernes, hacen muy buena audiencia.
Pero al parecer JJV se cree el dueño del Cortijo, como más de una vez se encarga de recordar en directo en su programa, y para demostrarlo humilla a sus colaboradores, obligando a éstos a realizar actividades cuanto menos denigrantes, para uso y disfrute del ego de JJV. Incluso cuando algún colaborador se niega a llevar a cabo las ordenes del pequeño cacique de T5, éste se encarga rápido de indicar que tenga cuidado ya que puede prescindir de él, pero él está seguro que sin su presencia el programa iría a pique.
Incluso cuando en la sección del telespectador, presentada por María Teresa Campos, experimentada y contrastada presentadora, mucho mejor que el pequeño cacique, los telespectadores dejan constancia mediante sus quejas de la prepotencia de Jorge Javier; éste en vez de ser humilde y pensar que vive gracias a sus espectadores, lo único que resalta es que él no tiene la culpa de ser el mejor presentador de la cadena, y tener tanto éxito, e incluso llega a desprestigiar a su audiencia cuando incide que a él le gustaría estar más en su casa haciendo otra cosa que estar tanto tiempo en televisión trabajando.
¡Vamos mayor prepotencia no la puede haber! Todos sabemos lo mucho que le gusta ser el centro de atención y como se pavonea de los éxitos. Pero parece haberse olvidado que él empezó como todo hijo de vecino desde lo más bajo. E incluso todavía recuerdo cuando era colaborador de otra de las grandes Ana Rosa; en cuyo programa su participación era más bien escasa e incluso no muy respetada, ya que Ana Rosa no le tomaba en demasiada consideración. Pero JJV parece haber olvidado sus inicios.
Es el prototipo de persona con complejos, que ha alcanzado la cima y cree que ahora puede pasar factura a todos aquellos que en su día le menospreciaron o dudaron de él. Y es que no tiene que olvidar que todos tenemos nuestro tiempo y llegará el día en que bajemos de la nube. Incluso debería coger ejemplo de otro Javier Vázquez, el cual triunfó por todo lo alto también en T5 y ahora ha quedado relegado a un segundo plano.
La diferencia es que mientras Javier Vázquez destacó casi siempre por ser humilde, JJV desteca por su egolatrismo y aire altivo.
Pero que recuede JJV que cuanto más alto llegas, más grande será la caída. Y en esos momentos será cuando echará la vista atrás y verá que si hubiera sido más humilde, quizás tendría más gente a su lado, que los que ahora tiene, en el momento de vacas flacas, me gustaría ver donde estarán.
Como siempre he tratado de contar mi verdad.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta razón tiene usted!! Felicidades por este artículo! Siempre he pensado lo mismo de este hombre. También creo que es un ser acomplejado, pues quien tiene plena seguridad en uno mismo, no está cada programa vanagloriándose en voz alta de tener una cintura esbelta ante la cámara....Si fuese Paul Newman, Tom Cruise, Christian Bale o Alain Delon..aún podría entenderse presumir de belleza, pero es que este presentador además de haber demostrado estos años en directo, tener tics autoritarios, petulantes y egocéntricos, resulta grotesco cuando presume de estética, simetría y belleza; ya que cualquier cámara o espejo demostrarían que no posee ninguna de estas cualidades. Por otro lado, me gustaría destacar, su falta de piedad, compasión y delicadeza en criticar a quien a él no le guste; ahora si le tocan a Isabel PAntoja entonces se olvida del concepto imparcialidad, objetividad y rigor periodístico para emplazar en su lugar el favoritismo, el nepotismo y el zalamerismo con una cantante quien juez y sentencia han dictaminado como una delicuente que nos ha robado a todos los espñaoles, incluido a él! Volviendo a JOrge Javier Vázquez, otro aspecto que siempre me ha parecido poco profesional por su parte, es interrumpir cuando un colaborador está ejerciendo su discurso y luego él, lo corta para introducir preguntas o bien comentarios jocosos, insignificantes, vanales y secundarios que ocasionan la dispersión y el caos en el programa. Se supone que un presentador, además de conducir un programa ejerce la función de moderador, con lo cual a de mantener no sólo un orden y turno de palabra en el plató, sinó ser modelo de rigor y respeto entre los colaboradores, no de interrupción contínua como hace él. Por último, algo que siempre me ha producido asombro y rechazo es cuando se produden discusiones fuertes en el programa que el conduce, Sálvame y él como moderador, Qué hace? Está callado...Ahí no corta ni interrumpe a nadie...SIn comentarios. Me imagino que desde la óptica de estos programas los gritos, disputas e insultos propician audiencia y morbo, por eso para la dirección del programa es mejor el silencio del presentador mientras tanto los colaboradores se dejan la bilis en ello. Con todo lo dicho, la conclusión es que desde la perspectiva del espectador, la actitud, proceder e imagen de Jorga JAvier Vázquez dibuja un cuadro muy poco profesional y serio por parte de lo que tendría que ser un presentador en mayúsculas. El consuelo, es que nada en esta vida dura para siempre, tarde o temrpano, lo bueno como también lo malo, acaban algún día.

Un cordial saludo

El Abuelo dijo...

Muchas gracias por participar en el blog.
Estoy de acuerdo con todo lo que ha opinado sobre JJV.
Y sí, todo acaba en algún momento, pero mucho me temo que ahora con lo de su obra de teatro, vamos a tenerlo para rato y en todos los sitios de T5.
Paciencia.
EL ABUELO.