lunes, 18 de febrero de 2019

Efectivamente, robo arbitral Copa del Rey de baloncesto.

Buenas tardes a todos/as:
Ayer se disputó en el Wizink Arena de Madrid, la final de Copa del Rey de baloncesto, entre los dos mejores equipos de España en la actualidad. De una parte el defensor del título y renovado campeón el Fc. Barcelona, (Barcelona Lassa), de otra parte el actual campeón de Liga ACB y Euroliga  el todopoderoso Real Madrid.
El partido se presentaba, a priori, con un claro favorito al título, y este no era otro que el Real Madrid, ya que era el anfitrión de la sede de la competición, además de poseer la que para muchos, incluido un servidor, es la mejor plantilla de Europa.
Incluso este papel de favorito, se vio confirmado cuando mediado el partido, se llegó a un marcador favorable al Madrid de + 17. Parecía ya que el título se quedaba en la capital, ya que el Barça no mostraba capacidad de reacción, frente a los de Pablo Laso, que estaban demostrando todo su potencial. Pero lo bonito del deporte en general, es que a veces, la lógica, no sirve de nada, y suceden cosas inexplicables, como así pasó. El Barça demostrando pundonor y jaleado por su entrenador Pesic, llevo a cabo un parcial de 0-20 en el tercer cuarto y volteó un marcador, que la inmensa mayoría no se creía, por una parte los madridistas no entendían que pasaba, y los culés, se frotaban los ojos incrédulos de ver los guarismos del video marcador, su equipo se ponía por delante.
Para colmo, Rudy Fernández  siempre hipermotivado frente a los azulgranas, se lesionaba, coincidiendo con la atención médica a Llull, con una brecha. Esto provocó que los blancos sin sus 2 grandes referentes, ya que Facundo Campazzo no asumió galones, se vieran desarbolados por un inmenso Thomas Heurtel, que asumió los mandos de su equipo y llevó en volandas a los blaugrana.
Cuando ya parecía que al término de los 40 minutos los de Pesic iban a ganar por +2, apareció, una vez más, la mano prodigiosa de El increíble Llull, para sobre la bocina, forzar los 5 minutos de prórroga. Para los amantes del baloncesto, una gozada, para madridistas la esperanza, para culés, la agonía.
En los 5 minutos de prórroga, apareció, lo que jamás debería suceder en cualquier partido: la notoriedad de los árbitros, que si hasta entonces pasaron desapercibidos,  ahora quisieron ser los protagonistas. Y serán recordados por las 2 últimas acciones. En el último ataque del Barça, Singleton, se disponía a encarar solo ante tabla para poner a +3  anotando a falta de 12 segundos, cuando Randolph, llegó cual mercancias y le arreó un golpe en la cabeza, que los comentadores y el palacio vio y enmudeció, viendo como era antideportiva y sentencia de partido, pero para sorpresa de todos, los árbitros no pitaron nada, y Joyce Carrol aprovechó, para poner +1 al Madrid quedando 4 segundos de posesión. Parecía todo decidido.
Pero el Barça Lassa de la mano de Pesic pidió tiempo muerto, para así sacar desde campo contrario y aprovechar eso 4 segundos. Y como el destino es caprichoso, volvió a depararnos una acción polémica que cambio el signo de la final, otra vez. Y ¡cómo no!, el trío arbitral volvió a ser protagonista, cuando decidieron que el tapón de Tavares a Tomic, no se considerase legal, ya que tocó con la mano el aro, dando por válida la canasta y ganando así el título con +1 los de Pesic. Aún así decidieron revisarlo con el ojo de halcón, por las protestas blancas. Y aunque no se aprecia infracción de Tavares, ratificaron su decisión, acabando con las esperanzas blancas.
Efectivamente hubo robo arbitral, pero no a favor del Barça, sino del Madrid, ya que todos vieron la falta antideportiva de Randolph a Singleton, salvo los colegiados, o..., justo por haberla visto y no pitarla por ser el escenario que era, decidieron después equilibrar las cosas y se inventaron la infracción de Tavares. Haciendo justicia.
Los jugadores del Madrid expresaron su disgusto con el feo gesto de Felipe Reyes, (siempre correcto; hasta ayer), al no pararse ni 2 segundos frente a los reporteros gráficos con de trofeo de subcampeones. Posteriormente en su vestuario se oían quejas sobre el supuesto robo a su equipo. Flaco favor les hizo su compañero Randolph, si no les reconoció su antideportiva.
Esperemos que una vez vean la acción en televisión, sean honestos y admitan que sí, hubo robo, pero no blaugrana. Aunque mucho nos tememos que la prensa madridista no será objetiva y pasará de puntillas por la supuesta antideportiva y cargarán las tintas en el tapón de Tavares. Ya saben, el señorío blanco.
Como siempre hemos contado nuestra verdad, que esta vez está corroborada pir las imágenes de Vamos, que no dejan lugar a interpretación.
Hasta la próxima:
EL ABUELO.

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